martes, 23 de julio de 2013

«En el caso de abusos el enemigo está cerca, suele ser conocido»

Carlos Pajuelo Psicólogo Infantil y bloguero en HOY


Carlos Pajuelo, psicólogo. :: HOY
Además de profesor de la Universidad de Extremadura, el pacense Carlos Pajuelo es el psicólogo del Equipo de Atención Temprana de Badajoz, un grupo psicopedagógico perteneciente a la red de la Junta de Extremadura. Su especialidad como psicólogo son los niños y sus padres.

-¿Cómo pueden los padres detectar que su hijo está sufriendo abusos, leves o severos, teniendo en cuenta que pasa muchas horas en el colegio?

-No solo en el colegio. Esto ocurre con gente cercana, que puede ser un familiar o un vecino. La mayoría de casas de abusos se da con gente que es conocida por la familia. Creo que los padres debemos hablar a los hijos con tranquilidad y sin asustar, pero hacerles ver que hay personas que hacen juegos sexuales con los niños, a los cuales hay que explicarles en qué consisten para que los niños lo puedan contar.

Deben perder pudor los padres?

- Claro, porque a veces por no saber afrontar el tema estamos dejando a nuestros hijos en una situación de peligro que podríamos prevenir.

- ¿A partir de qué edad?

- Pues desde que empiezan a tener tres años o así. Ya se les puede hablar de que hay personas que les gusta hacer estas cosas y si te pasa me lo cuentas a mí. Que los niños sepan que esto ocurre.

-¿Qué valor tiene la palabra de un niño según su edad?

-Un niño difícilmente puede fabular conductas de abusos. Que te peguen collejas o algún tocamiento el niño lo puede interpretar como que le toca, y ahí queda duda. Pero con conductas sexuales explícita es difícil que el niño invente.

- ¿Pero si son sutiles, como acariciar el trasero o un beso en el cuello?

- Pues por eso es importante explicarle estas cosas a los niños sin alarmar. Hay niños que perciben malestar o que sienten que eso está mal, aunque parezca natural. Y si lo pones en conocimiento de la adulto a veces es suficiente para parar este comportamiento.

- ¿En casos de niños más mayores, qué probabilidad hay de que los alumnos se confabulen para hacer daño a un profesor con este tipo de acusaciones?

-Una vez que hay un caso, uno puede interpretar que a él o ella también le tocaba. Estas son cuestiones con las que hay que tener cuidado e intentar hablar con niños y padres para que digan qué ha pasado realmente y no la interpretación que salga cuando hay un asunto mediático como éste en marcha y ello dé rienda suelta a su fantasía.
- Han cambiado la convenciones, una colleja hace veinte años no tiene el mismo efecto que ahora.
- Claro, ahora si un profesor el alumno denuncia. Ha habido un cambio importante. Pero sigue siendo todo muy sutil, sobre cuándo se quiere hacer daño físico y entonces es abuso. Lo que me llama la atención es que sobre todo esto los padres no apliquen pautas educativas igual que cuando les enseñan a cruzar un semáforo. Y en el caso de los abusos el enemigo está cerca, suele ser un conocido.

-¿Qué resortes se activan en el menor para no confesar, supongo que a través de chantajes y amenazas?

-Muchas veces en los menores que son víctimas de abuso hay sentimiento de culpa. Ser tocado o la actividad sexual suele producir placer. Y esto, junto a la amenaza más sentirte responsable de lo ocurrido, hace que no digan nada y se perpetua el abuso. Por eso insisto en que los padres formen a sus hijos y hacerles ver estas situaciones con tranquilidad.


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