martes, 5 de marzo de 2024

ASI ANDAMOS.


Badajoz, 1 de marzo del 2024

Autor: José María Murillo Garcia

    No quisiera con estas cuatro letras, molestar a nadie, y mucho menos asustarla, pero es cierto y totalmente constatable, que pasamos momentos , yo diría más que difíciles.

    Hay en nuestra sociedad actual, innumerables problemas que hace falta resolver, y para ello no creo que haya que buscar a muchos especialistas o técnicos, creo que lo necesario seria, clasificar los problemas según su importancia, y dedicar todas las fuerzas a siguiendo un orden, tratar de solucionarlos, esta claro que esto habrá que hacerlo, si queremos llegar a buen fin. Pero hacerlo entre todos, todos, es todos, ni blancos ni negros, ni rojos o azules, el beneficio, quizás no lo veamos nosotros, pero nuestros hijos y nietos, lo agradecerían, y podrían vivir disfrutando de lo grande y diferente que es esta piel de toro.

    Esta mañana, al salir de casa, en el ascensor, me encontré con una vecina, que tras darme los buenos días me pregunta “¿Usted sabe como se podrá vivir así, la política nos tiene en un estrés continuo?”, Sali por donde pude y lo único que se me ocurre es decir, “Tras la tempestad viene la calma”, pero de aquí voy a recoger un pequeño electrodoméstico que me estaban reparando, y allí otra vez el mismo tema, “La política, los tractores, los precios” pero no queda ahí, voy a unos grandes almacenes, y en la cola para llegar a la caja, tras de mí, dos señoras o señoritas de no más de cincuenta y tantos años. El mismo tema.

    Creo que es necesario que tranquilicemos un poco, efectivamente hay motivos para no ver las cosas totalmente claras, o incluso mal resueltas, pero entiendo, y suplico a quien pueda llegar esta pequeña nota, que lo necesario es que todos estemos dispuestos a empujar el barco en el mismo sentido.

  Tenemos fuerzas, tenemos ganas y tenemos detrás una historia que para ellos querrían muchos pueblos.
 


sábado, 4 de marzo de 2023

martes, 1 de marzo de 2022

ASÍ NO.


Badajoz, 23 de febrero del 2022

Autor: Jose Maria Murillo Garcia.

Hace unos días, cuando la campaña electoral de Castilla- Leon, estaba en su periodo álgido, notaba, o mejor dicho, pensaba lo siguiente: ¿Cómo es posible que todos los partidos en esta contienda, no hagan mas que sacar todo lo sucio, o quizás incorrecto del adversario? Nunca he conocido que una planta mal guiada y deficientemente tratada, de buenos frutos, para conseguir esto, habrá que además de tener una buena planta, cuidarla de la mejor manera posible, igual en su estructura, que en los nutrientes necesarios para su desarrollo, de esta forma habremos conseguido unos frutos buenos y además rentables, y además este árbol dará sombra a los que se acerquen a el, sean de un pensamiento u otro.

Pues bien, partiendo de este símil, creo que al hombre, para atraerlo a nuestro lado, habrá que hablarle de mejorar sus estructuras, de presentarle un programa, no solo bonito, sino hacible, en una palabra, ilusionarlo con una mejor forma de vida, pero no solo para él, sino también para aquellos que pensando de otra manera, se darán cuenta de los beneficios de nuestro programa, todo menos contarle que yo soy el bueno y los demás auténticos demonios.

No hace falta decir, los beneficios de los trabajadores de una empresa, que cuando quien los dirige, es capaz de ilusionarlos y de hacerlos que sus deseos de mejorar se transmitan a su forma de trabajo, la empresa, tendrá la posibilidad de ser mas competitiva, y con ello dar seguridad y mejoras a sus trabajadores.

Como no conseguiremos nunca nada bueno, es hablando mal del que piensa de otra manera, ya que esto nos lleva, a que nos pase como a algún partido de nuestra querida España, que en estos días, lo hemos destrozado entre los buenos y los malos. Así no.


domingo, 23 de enero de 2022

AQUEL DIA…

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar... decidí no esperar las oportunidades sino yo mismo buscarlas, decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución, decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis, decidí ver cada noche como un misterio a resolver, decidí ver cada día como una nueva oportunidad a ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no era más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos, aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quien ganara y quien perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.

Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "AMIGO".

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida".

Aquel día dejé de ser el reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz sino vas a iluminar el camino de los demás.

Aquel día decidí cambiar tantas cosas... aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora simplemente duermo para soñar.





sábado, 20 de febrero de 2021

DEL EVANGELIO. -

Autor: José María Murillo Garcia 


Jesús curó al leproso, así, en un abrir y cerrar de ojos, lo curó, le dio la mano y lo dejo feliz y contento y dando gracias por su sanación.

Jesús, era Dios, y podía hacerlo, nosotros también podemos y debemos, tender la mano, aunque con guantes y mascarilla, pero con la mano tendida no sólo a los necesitados, la mano tendida a todos, son nuestros hermanos, los más desfavorecidos en su mayoría, para ellos la solución es económica, falta de trabajo, falta de vivienda, y los problemas derivados de esta situaciones, es triste que esto suceda, pero con una aportación de capital no muy desorbitado se soluciona, pero también hay otros hermanos, que con trabajo y vivienda, se encuentran mal, y más en estos momentos de pandemia que forzosamente nos obliga a estar aislados.

La situación de los aislados es verdaderamente difícil, en los momentos que el hombre se aísla y pierde el contacto con amigos y familiares, se individualiza, cuando falta cercanía, nos atrofiamos, creamos nuestra pequeña parcela y por miedo a perder lo que aún nos queda, llegamos a ser agresivos con los que no se relaciona con nosotros, o piensan de distinta manera.

La gran ayuda hoy, creo que sería el acercamiento, el que todos sientan que la sociedad está con ellos, que la sociedad no solo los quiere, sino que los quiere ver disfrutar, estar contentos. En una palabra ayudarle a pasar estos malos ratos, que hoy por la pandemia y ayer por el tipo de sociedad, están haciendo vulnerables a cientos de personas.

Todos podemos y debemos, aportar algo que de alegría y ganas de vivir con esperanzas a tantas personas que lucharon y trabajaron para dejar una comunidad más prospera, más unida, más real, en una palabra, más feliz.


lunes, 15 de febrero de 2021

TRANQUILO, LLEGARÁ A TODOS, más tarde o más temprano.

Quizás sea que el tiempo de reclusión (es como se debía llamar, aunque en ese caso seriamos reclusos, que parece que se quiere evitar) lo que nos tiene, o al menos a la mayoría, con los nervios alterados y máxime, si hablamos de vacunas contra el dichoso virus con el que nos ha tocado luchar, además de vivir con el.

Contentos y alegres debíamos estar, por lo que se ha conseguido en más de un laboratorio, y sobre todo en qué tiempo, hace un año era difícil apostar que en este tiempo íbamos a tener, no una, sino varias vacunas, aunque su fabricación y distribución no sea todo lo rápida que nos gustaría. De todas formas están descubiertas y poco tendremos que objetar de que pasen algunos meses más de lo establecido.

Me produce una rara, yo diría extrañeza, que los españolitos de a pie, que llevamos aguantando un año casi, ahora sales, ahora ya no puedes salir, puedes ir a comprar, ya no puedes, la hora de salir es tal, si tu edad es mayor de, haz tal cosa, yo que sé, una autentica tabarra, y por si fuera poco, el final es la lista de fallecidos. 

Pues bien después de todo esto, habiéndolo aguantado de la mejor manera posible, hoy se forma la gresca, y todos los periódicos insertan artículos contra los llamados “vacunajetas” porque la vacuna se la han puesto los mandos del Ejército, o los Obispos, o los Alcaldes.

¿Cuál es el delito? Francamente, no lo veo. Si lo que interesa, es vacunar a aquellas personas con mayor riesgo de contagio, y además con mayor riesgo de poderlo propagar, yo diría, que precisamente esas personas a las que se les califica de “vacunajetas”, efectivamente debían de vacunarse inmediatamente tras los mayores en residencias y los Sanitarios.

Empezando por los miembros del Gobierno. Estos señores, tienen que reunirse con colectivos diferentes, incluso de otros países, con todas las garantías posibles, si, pero hay que viajar y estar horas frente a una serie de personas, de las cuales quizás no se pueden tener todas las referencias, por lo tanto, creo debía ser obligatorio desde el Presidente a Directores Generales, e igualmente a nivel autonómico, el Presidente de las Autonomías y los Consejeros, por las mismas razones.

Este alegato, debe ser el mismo a los altos mandos del Ejército, es más, ellos incluso visitan países con deficiencias en los tratamientos sanitarios y en condiciones nada comunes a lo que hoy llamamos normales.

El otro grupo que se incluye en los “vacunajetas” son los Obispos. Vamos a ser consecuentes, un Obispo, es normalmente una persona de edad avanzada, pero además, su obligación es estar cercano a su Diocesis, y tratar de solucionar los problemas de las distintas Parroquias, para ello hay que contactar con unos y otros, viajar a las distintas poblaciones que deben atender.

Por lo tanto estos tres grupos, de los que tan malamente se habla por haberse vacunado, creo que debía ser obligatorio que lo hiciesen, primero por ellos y sus familias, (que también las tienen) y segundo porque en sus múltiples traslados pueden transmitir el virus con más facilidad.

Dejemos de politizar todo, estamos hablando de la forma de vivir o mejor dicho convivir con un virus, y para eso parece que lo más claro, según todos los especialistas, es evitar contagios, y  hace falta que aquellas personas con más movilidad, sean las que habrá que vacunar, inmediatamente después de los que están en residencias o los Sanitarios. 


miércoles, 6 de enero de 2021

LLEGÓ TU MOMENTO


Autor: José María Murillo Garcia

Badajoz,  diciembre del 2020.


Por mi religión, y por educación, soy totalmente contrario a la eutanasia, para mí es  una ley lo mas antinatural del mundo, desde tiempos remotos el hombre ha luchado por aumentar sus años de vida, y además hacerlo en las mejores condiciones físicas, esto no quita que otros, con serenidad y argumentos defiendan la postura contraria. 

Lo malo es que de eso, a la forma de hacerlo de manera bronca, violenta, como se hizo ayer en el Congreso, me parece algo, que no dice nada bueno en beneficio de los señores que nos representan, y aun peor si se defiende con postulados que faltan a la verdad como, “las elevadas demandas”

Me dio vergüenza ver a personas aplaudiendo como si su equipo hubiese ganado un mundial. El tema era darle forma a como matar, y además pagado por la Seguridad Social. ¿De dónde esa alegría?

Tampoco el momento ha sido el adecuado, sumidos en la pandemia, con infinidad de personas con el corazón roto por ver un día y el siguiente como mueren, vecinos, amigos o simplemente conocidos o paisanos.

Y si pensamos que hace unos días, muy pocos, nuestro Presidente se reunía con representantes de otras naciones, para apoyar la  defensa del Medio Ambiente. ¿No entraría en esa defensa el ser humano?

Por muy progre que quieran ser, hagamos una nación justa honesta y no busquemos idealizar ciertas cosas, simplemente porque así quedamos por encima de. . . 

Lo estamos haciendo bien, ya podemos tener cuidado los de mi edad, (quinta del 58) como te caigas, en lugar de una prótesis, te dan una pastillita y muerte dulce, a contárselo a San Pedro. 


lunes, 16 de noviembre de 2020

QUIZAS UN MES TRISTE.

QUIZAS UN MES TRISTE.

Badajoz, 16 de noviembre del 2020.

 

No creo que haya un mes triste, otra cosa es que nosotros lo hagamos triste, pero será por nuestra forma de ver, o mejor dicho de hacer las cosas.

Mi impresión es que este mes y el anterior y el otro, estamos raros, quizás la pandemia, quizás, la falta de contacto más directo, con familiares y amigos, algo en nosotros esta mas bien raro, podría decir que también nosotros estamos de otoñada, que estamos con la hoja amarillenta y faltos de savia, mustios, sin entender que es lo que nos afecta y nos lleva a estar de esta manera.

Claro está, que hay algo o quizás mucho, que estamos perdiendo y son sentimientos, moralidad, conciencia, sentidos de responsabilidad, humanidad. ¿No será que lo que nos está “secando” es la falta de espiritualidad?

No queda más remedio, que no perder valores, hay que acrecentarlos, y hay que hacerlo no solo con aquellos que a nosotros nos transmitieron, sino intentando ver lo que otras personas tratan de transmitirnos, todo menos quedarnos “en seco”, y digo esto porque me da la impresión que estamos como las maquinas sin engrasar, que chirrían, y no es lo malo que chillen o chirríen, lo malo es que funcionando así, llega el momento que se paran, que no tienen la vida y el trabajo que les correspondía. Sinceramente creo que igual que a las maquinas les hace falta engrase, a nosotros nos falta Espiritualidad así con mayúsculas.

Si esto es lo que nos falta, no perdamos más tiempo, pongámosle  remedio, lo antes posible y hagamos que este mes no sea el triste, los que nos dejaron no quieren vernos así.

 

 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

LO CIERTO Y VERDAD

LO CIERTO Y VERDAD

Badajoz, 9 de noviembre del 2020.

En estos momentos creo que la Sanidad, así con mayúscula, está en la conversación de todo el mundo, y la verdad hay motivos más que sobrados para que así sea.

Tenemos un personal sanitario que es lo que hoy está dando valor y nombre a la Sanidad, por su preparación y entrega, pero hay algo que, al menos a mí, me llama la atención, si es como decíamos un magnifico personal el sanitario, como es posible que el españolito de a pie, este tan molesto con el trato recibido sino no por ellos, si por el sistema, por la organización, parece ser que no les deja ejercer una sanidad más cercana a la persona, una sanidad más humana.

Lo cierto y verdad, es que ni sanitarios, ni enfermos están contentos por lo tanto algo habrá que hacer para que no sucedan casos como el que quiero que de base a mi escrito.

Ayer en este Badajoz, nuestro, digan lo que digan, tranquila ciudad, un señor de setenta y seis años, tiene un fuerte dolor en el  pecho, en el lado izquierdo, se trasladan a urgencias del Perpetuo Socorro, eran las dos y media, le acompañaba su mujer, sus hijos ya mayores, (una de ellos medico que no reside aquí) cada uno tiene su familia y hogar, en otra parte de la ciudad.

Reciben al enfermo, con su dolor sin saber que puede ser, pero su mujer, se tiene que ir de allí, le dicen que son las ordenes, que ya por teléfono le dirán el diagnostico que haga el doctor. Ya es desagradable quedar a un enfermo sin que te digan cual cree el doctor que es el diagnostico, aunque como es lógico, posteriormente las pruebas lo confirmen o no. ¿Cuál fue el desenlace? Sencillo, a las nueve de la noche, la señora se ha pasado seis o siete horas esperando la llamada, y este señor se presenta en su casa, porque ya han visto el electro y no es nada grave. ¿Dónde están las llamadas? ¿Es que se puede tratar así a una persona, aunque estemos en tiempos de Pandemia?

Creo que hoy tenemos un virus, peor que el que produce la pandemia, y es la indiferencia, no pensar en el dolor, o molestias que podemos causar a otra persona. Este es nuestro verdadero mal.

 

martes, 30 de junio de 2020

HAY QUE TRABAJAR.



Badajoz, 22 de junio del 2020.
Autor: Jose Maria Murillo Garcia

Es totalmente cierto, la sociedad anterior a la pandemia, no nos gustaba, la sentíamos fría, falta de sinceridad y hermandad, y en esas condiciones se nos presenta el Cobid-19, que como una pandemia desconocida, nos altera la política, la convivencia, y tras ella, tres enormes motivos de consternación, el primero la pérdida de un enorme número de personas queridas, como nunca habíamos conocido, unido a esto una reclusión que también era desconocida, y si esto no era para desarbolar a cualquiera, quedan los que en este tiempo, han perdido sus pequeños negocios o las empresas donde trabajaban, hasta ahí, y sin ahondar mucho, hemos rebasado los días de reclusión, ¿Qué nos queda ahora? Lo primero, será, hacernos lo fuertes, y si algo nos ha quedado claro, es que para salir de esta lluvia de malas situaciones, no queda más que unirse, lo hemos visto claro ¿Quién ha funcionado mejor? Principalmente dos grandes y preparados equipos, los Sanitarios y las Fuerzas Armadas, tanto la UME como las de seguridad, por lo tanto lo primero unión, con las ideas que cada uno tenga, pero todos remando para llevar el barco al puesto acordado.
Nos puede ayudar lo vivido en la reclusión, que también ha dejado algo bueno, algo que debemos cuidar y no dejar que en la reconstrucción de una vida normal, perdamos, lo que en nuestra sociedad ha reflotado con rotunda fuerza, la humanidad y colaboración.
Entre estas cosas, está el disfrutar de las cosas sencillas, no son necesarias grandes proezas, para sentirse feliz y disfrutar de tu familia, de tu casa, de lo que supone el día a día, juntos, aunque surjan contrariedades, que las hay, pero que cuando uno se siente arropado, e interiormente tranquilo y en comunión con los hermanos, todo se hace más llevadero.
Por esto, mi verdadero miedo es que, este sentimiento de hermandad, de deseo de ayuda, de colaboración, que hemos visto a lo largo de esta reclusión de casi un centenar de días, lo perdamos entre el calor del verano y lo que se disfruta en la playa, o simplemente con el descanso, y en este caso más que merecido.
Tendremos, no que gritarlo, pero si no callarlo, que no queremos ver o escuchar, motivos de odio, ya sea entre políticos, o entre vecinos, me da igual, de la misma forma, le pido a los que nos llamamos católicos, que recuerden siempre que Jesús, vino a marcarnos el camino correcto, a acercarse a todos, buenos y menos buenos, pobres y quizás no tanto. Para todos, la palabra suya, fue amor sin reserva alguna.
Lo primero será, no arriesgar la salud innecesariamente, tratar con los medios a nuestro alcance que el contagio sea casi imposible, y partiendo de ahí, comportarnos con la mayor prudencia posible, lo que no quita, arrimar el hombro y luchar por la comunidad.
Pero como siempre, tratando de unir, de mejor, con la mayor alegría, de vernos todos en la lucha común, (como los que aplaudían desde los balcones) que será mucha, pero que no por eso nos vamos a achicar, sino todo lo contrario.
Por lo tanto, no queda más que estudio del problema, o los problemas, con los mejores técnicos, con políticos preparados, y que piensen no solo en su partido o situación, y con las soluciones en nuestra mano, y lo más consensuadas posibles, trabajo, trabajo y trabajo.
Vallamos decididos a por ese nuevo tiempo, esta ocasión, no la podemos dejar pasar, es el futuro, es quedarle a los hijos y nietos, un pueblo donde se sientan orgullosos y contentos de pertenecer a el.